Llevaba año y medio tratando de conseguir esa foto.
En las frecuentes visitas a lugares cercanos siempre los veía a lo lejos como grandes señores que te invitasen a sus dominios.
Yo miraba el lugar por donde fuese accesible llegar a ellos y nunca lograba atisbar entre el paisaje, una senda o camino que los acercara. Y pasaban los días, semanas, meses sin lograr plasmar el deseo.
Lo tenía todo en mente para llevarlo a cabo, si, debía de ser una tarde/noche de esas donde la luna se deja ver entre el día y sus últimos rayos.
En la hora azul que dicen los fotógrafos.
El balance de blancos ¿lo dejaría en automático?, no, no, no. Mejor con algo de calidez para que el reflejo del satélite acariciase sus cuerpos.
La velocidad de apertura.... con un f/10 creo que bastaría para que el fondo se enfocara.
El tiempo de exposición, no más de un segundo para evitar demasiadas claridades.
Con un ISO de 160 creo que acertaría de pleno.
Todo ello sin flash para que lo más próximo no ganase en protagonismo y por supuesto montado en trípode para evitar vibraciones.
Si, va a ser una foto de las mejores que haya hecho.
Como por arte de magia esa tarde apareció el deseado sendero y un brusco golpe de volante me llevo directo a mi sueño.
La furgoneta ocupaba todo el camino por lo que habría que hacerlo deprisa por si llegaba algún otro vehículo, a duras penas, podía bajarme de ella. El tripode que siempre va en el asiento trasero se bajo conmigo y nos tiramos al suelo montándolo todo lo mas rápido posible antes que las nubes ocultaran a la plateada Dama que esa noche lucia una anaranjada sonrisa.
El disparador automático, el momento justo, los molinos exactos donde los quería, pero........... Misero de mi de pronto recordé...........que había olvidado la cámara.
Os dejo con la imagen de mi retina sobre el producto de lo que podría haber sido, o quizas.............
¿si lo fue?.
No se cada día estoy peor.
HACEDME EL FAVOR DE SER FELICES KARRAS.